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BCN24 He nacido, pero... (VOSCAT)

DURACIÓN: 100 min.
DIRECTOR: Yasujirô Ozu
REPARTO: Tatsuo Saitô, Tomio Aoki, Mitsuko Yoshikawa, Hideo Sugawara
GÉNERO: Drama Comedia

Sinopsis

"Nací, pero... (Y sin embargo hemos nacido)" es una película japonesa en blanco y negro de 1932 dirigida por Yasujir? Ozu, que se convirtió en la primera de seis películas del director en recibir el prestigioso Premio de Críticos Kinema Junp?. La trama gira en torno a dos jóvenes hermanos de la familia Yoshi cuya fe en su padre se ve cuestionada al observar la relación de éste con su jefe, un ejecutivo de oficina.

Tras mudarse a los suburbios de Tokio, los hijos de Kennosuke, Keiji y Ryoichi, se ven envueltos en conflicto al enfrentarse a matones del vecindario que amenazan su regreso a la escuela. Ante la presión, deciden hacer novillos, lo que desencadena una serie de eventos que cambiarán su percepción sobre la figura paterna.

La situación se torna más complicada cuando los niños presencian a su padre, a quien admiraban por su severidad, comportarse de manera sumisa y bufonesca frente a su jefe durante una proyección de películas caseras en la casa de un compañero de clase. Humillados, los hermanos cuestionan la importancia y el respeto que le otorgaban a su progenitor, desencadenando una crisis familiar.

En un intento por demostrar su descontento, los niños deciden hacer una huelga de hambre, desafiando las acciones de su padre y exigiendo respuestas sobre su comportamiento. Sin embargo, la determinación de los pequeños se ve debilitada por la tentación de un delicioso pastel, lo que lleva a una reconciliación entre padre e hijos.

A lo largo de la historia, surge el deseo de los niños de alcanzar posiciones de autoridad en el futuro, mostrando una aspiración por superar las limitaciones actuales de su entorno. El film aborda la compleja dinámica familiar, resaltando las aspiraciones y anhelos de los más jóvenes en contraste con las realidades de la vida adulta.

Finalmente, la narrativa culmina con un gesto simbólico de Kennosuke al aceptar subir al automóvil de su superior en un acto de reconocimiento social, mientras los hermanos demuestran su madurez al caminar hacia la escuela junto a sus compañeros, consolidando una nueva comprensión del rol de su padre en su desarrollo.