Dimarts Cultural: Joyas ocultas del impresionismo (VOSE)
- DURACIÓN: 84 min.
- DIRECTOR: Daniele Pini
- GÉNERO: Documental
Sinopsis
Las exposiciones impresionistas fueron un hito importante en la historia del arte, ya que marcaron el inicio de la independencia del artista moderno de las instituciones académicas y el surgimiento de un mercado privado de arte. Estas exposiciones, que tuvieron lugar en París entre 1874 y 1886, fueron organizadas por un grupo de pintores conocidos como los impresionistas, quienes buscaban presentar sus obras al margen del Salón oficial controlado por la Academia de Bellas Artes francesa.
Las exposiciones impresionistas se llevaron a cabo en diversos lugares de la ciudad de París, y Berthe Morisot y Camille Pissarro fueron los únicos pintores que participaron en las ocho exposiciones. En total, cincuenta y seis pintores formaron parte de estas exposiciones a lo largo de los años.
El inicio de las exposiciones impresionistas estuvo motivado por el descontento de muchos artistas franceses hacia el sistema institucional del Salón de París. Este era un evento colectivo en el que las obras presentadas debían ser aprobadas por un jurado compuesto por profesores de la Academia de Bellas Artes y expertos en arte. Sin embargo, el jurado defendía un arte académico que se resistía a las innovaciones que se estaban produciendo en el mundo del arte. Además, el Salón era el principal medio para que un pintor se diera a conocer y vendiera su obra, ya que el mercado privado de arte todavía estaba en sus etapas iniciales.
Este sistema generaba malestar entre los artistas, ya que muchas veces sus obras eran rechazadas por el jurado por razones estéticas o ético-políticas. Esto llevó a que algunos pintores decidieran organizar sus propias exposiciones independientes del Salón oficial, como Gustave Courbet, quien en 1855 montó un pabellón independiente donde exhibió obras que habían sido rechazadas por el jurado.
Los pintores que luego formarían el grupo impresionista también intentaron exponer en el Salón oficial, pero se encontraron con el mismo rechazo. Un hito importante en esta tensión fue la apertura en 1863 del Salon des refusés, donde se permitió exhibir las obras que habían sido rechazadas por el jurado académico del Salón oficial. Fue en este salón donde Édouard Manet presentó obras que causaron escándalo entre el público y la crítica.
Otro antecedente de las exposiciones impresionistas fue la exposición individual que Manet realizó en 1867 durante la Exposición Universal de ese año. En esta exposición, algunos de los pintores que luego formarían parte del grupo impresionista, como Monet, Pissarro, Renoir, Cézanne y Degas, contemplaron la posibilidad de exponer juntos de forma independiente.
Estos pintores, que compartían una estética novedosa y que se formaron fuera de la Escuela de Bellas Artes, se relacionaron con otros artistas que también eran ignorados por el arte oficial, como los pintores de la Escuela de Barbizon. Se reunían en cafés parisinos como el Café Guerbois y La Nouvelle Athènes, donde discutían sobre sus ideas y establecían relaciones de amistad.
Las relaciones entre estos pintores quedaron documentadas en retratos de grupo como los realizados por Henri Fantin-Latour y Frédéric Bazille. Además, algunos de estos pintores también se reunieron en Londres en 1870 y se dedicaron a pintar paisajes y vistas de la ciudad.
En el ámbito político, las exposiciones impresionistas surgieron en un momento de cambio en Francia, con la caída del Segundo Imperio de Napoleón III y la instauración de la Tercera República. Los artistas, en su mayoría republicanos, esperaban que este cambio político llevara a un mayor reconocimiento de su trabajo.
Otro aspecto importante de las exposiciones impresionistas fue la creación de un incipiente mercado privado de compra-venta de cuadros, impulsado por marchantes de arte como Georges Petit y Paul Durand-Ruel. Estos marchantes jugaron un papel clave en la difusión y consolidación de la pintura impresionista, exportando las obras a mercados europeos y estadounidenses.
La primera exposición impresionista se inauguró en 1874 en un antiguo taller de fotografía en el Boulevard des Capucines. Contó con la participación de treinta artistas y fue un acontecimiento importante tanto para el público como para la crítica. La pintura más comentada fue "Impresión, sol naciente" de Monet, que dio nombre al grupo de pintores.
A lo largo de los años, las exposiciones impresionistas fueron evolucionando y enfrentando diversas controversias. Hubo tensiones internas en el grupo, especialmente entre los pintores más cercanos a la estética de Degas y los seguidores de la corriente impresionista más pura. Además, surgieron nuevos movimientos artísticos como el neoimpresionismo representado por Seurat y Signac.
A pesar de las dificultades y polémicas, las exposiciones impresionistas fueron un éxito en términos de consolidación del movimiento y de apertura de nuevas vías en el arte. Estas exposiciones marcaron el inicio de una nueva forma de concebir el arte y sentaron las bases para las futuras rupturas en el mundo del arte.
Las exposiciones impresionistas son consideradas un ejemplo de cómo los artistas pueden enfrentarse a las instituciones establecidas y buscar nuevas formas de mostrar y comercializar su trabajo. Estas exposiciones desafían las normas y convenciones del arte académico y abren el camino para el desarrollo del arte moderno.
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