Día 2: Festival Indomitus

Sinopsis

En 1955, se celebró la tercera edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, conocido como el Festival Cinematográfico Internacional del Color. Este festival, que tuvo lugar en la capital de Guipúzcoa del 19 al 26 de julio, fue organizado por el Sindicato Nacional del Espectáculo y la Dirección General de Cinematografía.

En esta edición, se introdujo una novedad importante: el festival se especializó en películas en color, siendo el primero en hacerlo. La Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF) continuó clasificando el festival como de categoría "B", pero esta vez se convirtió en un evento competitivo. El objetivo era mostrar al mundo el cine en color y promover su desarrollo.

Las ediciones anteriores del festival habían sido decepcionantes en cuanto a la calidad de las películas seleccionadas, debido a la censura franquista que limitaba las temáticas políticas y sociales. Sin embargo, la FIAPF le dio una nueva oportunidad al festival y decidió concederle carácter competitivo en la especialidad de cine en color.

El festival contó con un reglamento estricto que establecía que todas las películas a concurso debían estar rodadas en color, no debían haber sido estrenadas fuera de su país de producción y no debían haber sido proyectadas en otros festivales. Además, se limitó el número de películas por país a un largometraje y un cortometraje. Todas las películas debían ser proyectadas en versión original con subtítulos en español. Se premió la calidad de la fotografía y se estableció que los premios no podían quedar desiertos ni ser concedidos a más de una película.

La organización del festival estuvo a cargo de Miguel de Echarri, quien nuevamente se encargó de la selección de las películas. Sin embargo, debido a sus obligaciones como secretario del Sindicato Nacional del Espectáculo, Echarri no pudo dedicarle el tiempo suficiente a la organización del evento. Por ello, la programación se anunció tan solo cuatro días antes del inicio del festival, lo que generó algunas críticas y dificultades.

A pesar de estas dificultades, el festival contó con la participación de varias películas extranjeras y españolas. La Filmoteca Nacional colaboró con el festival y organizó la primera sección paralela a la oficial, llamada "Retrospectiva del cine español", que proyectó seis películas españolas de diferentes géneros. Además, el festival recibió la visita de representantes de catorce países y de la Unesco, quienes celebraron su Asamblea General coincidiendo con el festival.

El festival también ofreció actividades complementarias, como un concurso de tiro al pichón, un desfile de modelos y una novillada con picadores. La clausura del festival estuvo marcada por una cena con baile en la que participaron destacadas personalidades del cine español.

A pesar de los esfuerzos de la organización, la calidad de las películas presentadas fue nuevamente motivo de críticas. Solo seis de las trece películas presentadas cumplían con los requisitos del festival. Sin embargo, el jurado decidió incluir en el concurso una película italo-francesa que había transcurrido más de un año desde su realización y había sido estrenada en otros países.

A pesar de estos contratiempos, se otorgaron premios oficiales reconocidos por la FIAPF. El largometraje "Días de amor" fue considerado el mejor de los presentados a concurso, recibiendo críticas favorables también las películas "Un médico en la familia" y "La pícara molinera". Además, se entregaron premios especiales a la película alemana "El cura de Kirchfeld" y se otorgaron conchas de plata a diversas personalidades y autoridades.

Sin embargo, las irregularidades en la elección de los premios y otras violaciones al reglamento llevaron a la FIAPF a recomendar la retirada del reconocimiento oficial al festival. Esta decisión fue presentada en la Asamblea General de la FIAPF en octubre de 1955, y aunque el festival perdió el reconocimiento de la federación, continuó celebrándose en los años posteriores. Para la siguiente edición, el ayuntamiento de San Sebastián asumió la organización del evento en colaboración con el Sindicato Nacional del Espectáculo y la Dirección General de Cinematografía. Aunque los premios ya no eran oficiales, el festival continuó siendo una plataforma importante para la promoción del cine.